El Barrio de El Carmen - arte urbano a km0

Fotografías de @artconervalencia.

En la última década, Valencia se ha convertido en un referente del arte urbano, a nivel local y también internacional. Visitando la ciudad se podrán descubrir muchos barrios que han sido intervenidos por varios artistas, pero el barrio por excelencia que se considera una verdadera meca para los amantes del street art es El Carmen.

El Carmen es un lugar emblemático con una historia milenaria que se remonta a la época musulmana y que, a lo largo de los siglos ha desarrollado la fisionomía urbana y humana que podemos encontrar en la actualidad.

Todo comenzó en época medieval, cuando la ciudad de Valencia tenía dos recintos principales, el intramuros y el extramuros, este último cerrado a su vez por otro muro destinando la totalidad de su área a la población musulmana con el establecimiento de la morería.

En la época actual, el barrio es un lugar laberíntico, debido precisamente a su pasado islámico. Las callejuelas estrechas y a veces sin salida se quedaron casi “atrapadas” entre dos murallas, haciendo que el urbanismo se desarrollara en un espacio muy concreto y prácticamente sin anchura; hecho determinado por el Corán que dictaba que las calles debían construirse con un máximo de 7 pies de anchura y estando muchos de sus atzucats cerrados con portales de madera.

Este tipo de urbanismo ha propiciado que muchos artistas urbanos aprovecharan la oscuridad o poca iluminación de estos callejones para realizar sus obras a la luz de una linterna.

El Carmen sufrió una decadencia que afectó a su urbanismo en el siglo XIX; debido a la desamortización, el derribo de las murallas y la transformación de los huertos urbanos. Desafortunadamente la situación no cambió con la llegada del siglo XX: los planes de reforma que necesitaba se paralizaron en la mayoría de los casos o directamente lo dejaron fuera de los planes para el centro histórico de Valencia. El golpe definitivo lo dará la riada de 1957, las aguas del rio arrasaron la zona, algunas casas quedaron destruidas y otras muy dañadas y, desafortunadamente, el barro afectó a los talleres que ocupaban los bajos de los edificios, dejándolos sin posibilidad de volver a funcionar. Varias casas fueron demolidas y sus propietarios, habiéndolo perdido todo, se mudaron a otros lugares de la ciudad.

En los años 70, El Carmen se consideraba un barrio marginal, no obstante estuviera ubicado en pleno centro histórico de la ciudad. Las plantas bajas, que un día fueron productivos talleres de artesanos, se convirtieron en bares, transformando el barrio en uno de los más importantes centros de tráfico de drogas. Quien vivió aquellos años seguramente recuerda como los padres no aconsejaban a sus hijos pasear por las callejuelas del barrio. Finalmente con la llegada de los años 80, la situación empezó a cambiar, gracias a rehabilitaciones más exitosas ayudadas también por la construcción del IVAM, la adecuación de unas partes de Convento del Carmen y el Centro Cultural de Beneficencia.

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Poco a poco los vecinos volvieron a ocupar las viviendas y algunas de las calles reurbanizadas, se llenaron de nuevo consiguiendo que los inversores privados se interesaran en la recuperación y rehabilitación de la zona.

Es en este contexto que a medianos de los años 80 el movimiento graffiti llega a Valencia, desarrollándose cada día más como parte de la cultura urbana de la ciudad. Inicialmente tenemos los escritores de firmas, pero a partir de medianos de los años 90 empieza a formarse un estilo diferente que hace que las letras no sean lo único fundamental de la obra, sino que se pueden mezclar con iconos, personajes y cualquier elemento figurativo inspirado por la vida cotidiana. Este estilo es lo que poco a poco marcará el comienzo al postgraffiti, donde la imagen supera la letra.

Normalmente la primera pregunta que las personas se hacen viendo la cantidad de paredes pintadas en este lugar es:

¿“los artistas
tienen permiso?”

En la mayoría de los casos, las obras se realizan sin permiso, pero hay que saber observar los muros intervenidos y solo así se entiende la “magia” que tiene El Carmen. La riada dejó secuelas en el urbanismo, perdiendo muchos edificios que dieron paso a espacios vacíos y sin uso. Estos solares vallados, en la mayoría de los casos se mantienen baldíos, por la complejidad de construir en ellos, sus paredes tienen dueño pero se consideran lugares “alegales” o “entre la ley”, porque es seguramente más fácil y más tolerado pintar allí que intervenir sin licencia o permiso una fachada de un edificio donde viven los vecinos del barrio. La tolerancia y la aceptación del arte urbano han sido permitidas también gracias a la realización de varios festivales urbanos y la cercanía de los artistas con la población de la ciudad.

Estas obras cambian y toman vida y transforman El Carmen en una galería de arte al aire libre en continua mutación, dando vida a las expresiones de los artistas y permitiendo al público general de descubrir o re-descubrir la ciudad de una forma diferente, alternativa y que pueda poner en valor los lugares que de normal pasan desapercibidos.

LUGARES DE INTERÉS

El IVAM, el Centro del Carmen de Cultura Contemporánea, la Casa de los Gatos, la pared en continuo cambio de la calle Guillem de Castro, el mural de Derk sobre la Cruz Roja y por supuesto el Taller de Cocin4s, donde podréis encontrar artistas como David de Limón, la Nena Wapa Wapa u Disneylexya, inicialmente su taller se encontraba en la calle Portal de la Valldigna, pero ahora se han trasladado en la calle Cocinas, donde han creado un espacio de trabajo abierto al público durante determinados eventos.

FESTIVALES DESTACADOS

Comboi a la fresca

llevó a cabo intervenciones urbanas de carácter local y efímero, entre las cuales la obra de Escif y Blu en la Plaza del Tossal (desaparecidas en 2022 después de 11 años)

Incubarte

a través del cual Deih pintó “Cosmo Reveals Himself” en 2013 en la Plaza de la Valldigna

Intramurs

que se celebró de 2014 a 2019 y gracias al cual se pintaron numerosas intervenciones en las calles: las más famosas en la Plaza del Tossal de la mano de Disneylexya, David de Limon y la Nena (ya desaparecidas) y la plaza de la Botxa, en el Barrio de Velluters, colaboración entre los artistas de la XLF crew, Toni Espinar, Pichiavo, Dyox y Pica