No todas las paredes pueden hablar, pero los muros del barrio de El Cabanyal nos cuentan mucho y nos permiten conocer historias de lucha, reivindicación, orgullo de sus raíces, feminismo y libertad.
Érase una vez, en el siglo XIII, un pequeño grupo de pescadores que decidieron asentarse a la orilla de la actual playa de la Malvarrosa para vivir de la pesca con sus familias…
Unos siglos después, el asentamiento ya no era tan pequeño y podía contar con más de doscientas barracas tradicionales y una parroquia autónoma. Lejanos de la capital (Valencia), los pescadores vivían una vida tranquila pero quisieron ser reconocidos como habitantes de un verdadero pueblo y fue así que se fundó finalmente el Pueblo Nuevo de la Mar, reconociéndole su plena autonomía municipal.
No obstante esta libertad duró muy poco, solo unos años después, El Cabanyal perdió su independencia y se incorporó oficialmente al municipio de Valencia, la mayoría de sus vecinos estuvo en contra de esta decisión, pero el ex órgano administrativo estaba convencido de las numerosas ventajas y oportunidades.
¡Que equivocado que estaba! El Consistorio de Valencia quería conectar la capital con el barrio marítimo, para permitir a las personas acceder más fácilmente (y rápidamente) a las áreas más próximas a la playa, y emitió una ley que aprobó el camino-paseo de Valencia al mar.
Nacía así la actual Avenida Blasco Ibáñez que, como veremos más adelante en nuestra historia, será protagonista de contrastes y polémicas en época moderna.
Desde este momento, el barrio empezó su declive que tocó fondo con la riada de 1957.
Como pasó con el barrio de El Carmen, también El Cabanyal se vio tremendamente afectado por este evento trágico de la historia de Valencia, el Ayuntamiento decidió en aquel momento, apostar para incentivar el desarrollismo de los barrios industriales, dejando atrás las ayudas necesarias para este barrio y muchos vecinos que, además, se trasladaron a áreas más residenciales… El Cabanyal comenzó a vivir una situación de abandono, y además con la llegada del Partido Popular al gobierno, se aprobó el proyecto para prolongar la Avenida Blasco Ibáñez, con la intención de derrumbar más de 1650 edificios y tener una conexión directa con el mar.
Los vecinos, los comerciantes, los partidos políticos de la oposición y las entidades culturales se unieron para fundar “Salvem El Cabanyal”, una plataforma vecinal con el objetivo de parar la prolongación de la avenida y defender la rehabilitación del barrio. Los años de lucha llegaron a su fruto en 2015, cuando con el cambio de gobierno, el proyecto de ampliación se retiró y finalmente El Cabanyal pudo considerarse salvado.
Hoy en día el barrio muestra un urbanismo que alterna edificios modernistas con fachadas cubiertas de azulejos y solares, y otros espacios urbanos abandonados. Estos muros desaprovechados, se han transformado en el lienzo que muchos artistas han elegido para dar una voz a los vecinos de El Cabanyal, porque el arte urbano del barrio no es solo una representación artística y decoración, sino que cuenta una historia con un pasado de lucha social, de una actualidad llena de incertidumbres, y ojalá un futuro lleno de esperanzas y oportunidades.
Hemos elegido 4 paredes que según nuestra opinión cuentan perfectamente la esencia de este barrio marítimo:
1. HYURO
Como hemos contado, el proyecto del Ayuntamiento de Valencia para El Cabanyal pretendía extender y expandir la avenida Blasco Ibañez, destruyendo así 1651 edificios. El edificio pintado por Hyuro iba a ser el primero en ser demolido si el proyecto hubiera seguido adelante. Y está justo al principio de lo que iba a ser la extensión de la avenida. La artista pintó tres mujeres que nos recuerdan a las tres Gracias clásicas pero ataviadas como amas de casa y presentando una tarta con la forma de la casa que sirve de soporte para el mural. La artista quiso además realizar una reflexión sobre el conflicto entre modernización y conservación. La obra se titula Salvem El Cabanyal.
2. MANOLO MESA
Manolo Mesa pintó en Valencia durante el Festival Poliniza Dos en 2012 y como sus trabajos están inspirados por los recuerdos y costumbres de las personas de los lugares que interviene, en El Cabanyal quiso representar a las diferentes maneras de pescar, destacando especialmente la pesca con los bues (que desafortunadamente es la pared más deteriorada y de la cual prácticamente queda muy poco que apreciar).
3. ERICA IL CANE
Durante el Festival “VLC Barris en Moviment” el artista italiano Erica Il Cane además de pintar la pared que se le había asignado, decidió rendir homenaje a la identidad gitana del barrio a través del mural que protagoniza un gato boxeador representando al boxeador Johann Wilhelm ‘Rukeli’ Trollman, que fue un boxeador alemán de origen gitano, víctima de la política racista del régimen nazi. La obra titulada A la Intemperie, se refiere a la lucha de los residentes locales contra los planes del gobierno de demoler el «barrio», pero también a como también Rukeli fue dejado a la intemperie.
4. BARBITURIKILLS
El cuarto mural icónico del Barrio fue realizado por Barbiturikills y rinde homenaje al pintor valenciano Joaquín Sorolla y su obra Paseo a orillas del mar. Las obras de Sorolla más típicas se caracterizan por la representación de personas y paisajes bajo la brillante luz del sol de España y el agua iluminada por el mismo. El propio Monet le dio el sobrenombre de «maestro de la luz». Por esto, el texto agregado por Barbi en la pared que significa “nuestra luz nunca se apagará” hace un guiño al pintor pero también hace un homenaje al barrio y a su identidad.
Nosotras os hemos dado pistas para ir a explorar el barrio y localizar todas sus obras…
Armaros de curiosidad y una cámara para fotografiarlas todas, y estaréis listos para perderos en las calles de El Cabanyal ¡y respirar su aire marítimo!