FALLAS: FUEGO Y EFIMERIDAD

27.03.2023 / Por @artconervalencia
Fotografías propias y de externos.

La magia ha terminado y después de un corto momento de tranquilidad, las comisiones falleras, los artistas, músicos y pirotécnicos volverán a organizarse para que vuelva de nuevo al siguiente año, como un fénix, también las fallas resurgen siempre de sus cenizas, provocadas por el fuego purificador de la noche de San José.

Este año 2023 las fiestas han sido celebradas con muchas más ganas y felicidad. Han sido las fiestas sin ningún tipo de restricción; después de la COVID de 2020, las fallas volvieron una y otra vez, pasando las adversidades, las restricciones que les obligaron a celebrarlas de forma diferente desde el final de la pandemia hasta el año pasado.

Como cada año, la ciudad de Valencia se despierta con la resaca emocional de la conclusión de su “fiesta grande”, las Fallas, concluidas la noche anterior con la cremá de todos los monumentos en las calles y plazas.

Pero esta última semana, las calles se han llenado de vida, música, color, comida y risas como en los tiempos pre-COVID y las fiestas patronales de Valencia se han podido celebrar de nuevo “a lo grande”.

Como dijo Escif en su falla municipal 2020, Aixó també pasará, y efectivamente es lo que ha pasado, el fénix ha resurgido.

En 2017 las Fallas fueron declaradas Patrimonio Inmaterial de la UNESCO pero fue en 2018 cuando el Ayuntamiento apostó por un artista urbano de renombre internacional para diseñar la falla grande de la ciudad: Okuda San Miguel fue quien marcó el corte entre tradición e innovación; su falla causó estupor y no gustó a todos, no obstante, seguramente acercó el público general también al mundo del arte en las calles… Y si reflexionamos un poco, la efimeridad es algo muy común entre los monumentos de la fiesta patronal valenciana y el mundo del graffiti.

Después de 2018, el Ayuntamiento fue imparable e hizo que las siguientes cuatro fallas municipales fueran diseñadas por varios artistas urbanos, todos valencianos: Pichiavo, Escif, Dulk y este año Marina Puche.

AGENDA CULTURAL → VALENCIA

La presencia del arte urbano en las Fallas valencianas es cada vez más prominente, y más comisiones falleras cuentan con la habilidad de los diferentes artistas para realizar los bocetos de sus monumentos. Las Fallas han sido siempre la suma de diferentes disciplinas: la pintura, la escultura, el dibujo, la literatura, la sátira y también la arquitectura (especialmente en el caso de los monumentos más grandes y complejos) pero en los últimos años, la innovación ha empezado a hacerse forma en las fiestas y con ella la participación de artistas que se han dado a conocer en las paredes de la ciudad como Street artists.

No se puede no pensar en cómo el consistorio actual ha permitido este acercamiento entre la fiesta más importante de la ciudad y el arte urbano,

no hay que quitar el mérito al hecho de que seguramente, en los últimos cinco años, el Street art ha florecido y que los diferentes artistas han podido participar en proyectos y encargos públicos que les han dado a conocer más y más, también fuera del círculo de “parroquianos” aficionados a este sector.

Cinco años de fallas municipales, cada una con un significado diferente:

2018 – OKUDA SAN MIGUEL.
EQUILIBRI UNIVERSAL

La obra de Okuda, reconocible por sus formas geométricas de colores y en colaboración con los artistas falleros Pepe Latorre y Gabriel Sanz destaca el equilibrio universal, en la base del monumento están los humanos y los animales, pero por encima de todo está el dinero, creado por el hombre que es a la vez víctima del mismo. Y observando atentamente, se puede notar cómo el dinero, de las alturas, se ríe de nuestra sociedad. Además los artistas quisieron destacar las similitudes entre las fiestas y el arte contemporáneo en los lugares públicos. Ambos son populares, viven en las calles y se relacionan con varias dimensiones artísticas y obviamente, en ambos caso, la obra de los artistas desaparece y es efímera, dando la posibilidad de crear algo nuevo todas las veces.

2019 – PICHIAVO.
PROCÉS CREATIU

El dúo de artistas valencianos Pichi y Avo, conocidos simplemente como Pichiavo, gracias a la colaboración con Pepe Latorre y Gabriel Sanz, han reivindicado cómo se pueden unir dos tipos distintos de arte, el clásico y el urbano, y sacar beneficios de esta unión sin que haya algún tipo de choque entre ellos. La falla municipal plasmó perfectamente el estilo de los dos artistas que suelen “vestir” el arte clásico con sus graffitis coloridos. Los diferentes estilos artísticos pueden convivir con serenidad y se pueden conectar dos tipos opuestos de arte para mostrar el Arte tal y como es. El proceso creativo está representado en la parte baja de la falla, donde un trozo de piedra descubre paso a paso la escultura que esconde en su interior.

2020/2021 – ESCIF.
AIXÓ TAMBÉ PASARÁ

La falla de Escif, comúnmente llamada La Meditadora, nos lleva a la mente recuerdos agridulces: el momento en el cual el mundo se paró debido a la pandemia de la COVID y la vuelta a la vida una vez que se levantó el primer confinamiento.
Junto a Manolo Martín y José Ramón Espuig, Escif quiso crear un monumento que representase el pasar del tiempo, el día a día que pasa, los pensamientos que vienen y que van: una representación de que la realidad es un continuo cambio. La mujer meditando, representaba la manera de entrenar nuestra conciencia en la aceptación de que nada es permanente y todo es efímero… pero llegó el 13 de marzo 2020, la fallas se cancelaron, el cuerpo de La Meditadora fue quemado en total soledad bajo una lluvia constante y la cabeza de la falla, con su mascarilla puesta en el rostro se transformó en un símbolo de esperanza y resiliencia: las fallas iban a volver, todo iba a pasar. Lo que quedó de la Falla de Escif se quemó en septiembre 2021, en unas fiestas raras, ambos por las restricciones y también por las fechas en las cuales se celebraron, pero destapar el rostro de la mujer, y hacer que las llamas se llevaran todo lo malo vivido, ha trasformado este monumento municipal en algo icónico que siempre se recordará.

2022 – DULK.
PROTEGIX ALLÓ QUE ESTIMES

La falla diseñada por Dulk y Alejandro Santaeulalia es una oda a la naturaleza, a la defensa de la biodiversidad y una critica a cómo el hombre está poniendo en peligros los diferentes ecosistemas y sus especies. Representada por los colores y la creación de animales que combinan fantasía y realidad, el mensaje de los artistas es muy claro y entendible.
Además se destaca el hecho que el monumento se realizó con un 80% de materiales sostenibles como el cartón y la madera.

2023 – MARINA PUCHE.
CARDIOVERSIÓ VALENCIANA

Marina Puche no es una extraña en tema de fallas ya que viene de una familia de origen fallera y como ella mismo dice, su abuela diseñaba fallas y también su padre; pero sí que es la primera mujer en firmar la falla del Ayuntamiento y aún ninguna artista lo ha hecho para las Especiales.
Junto a Manolo García Lleonart, Marina ha querido representar un gran corazón que simboliza un poco el tiempo en el cual hemos estado, especialmente aludiendo a cómo nuestro corazón ha estado parado durante los últimos años debido a la pandemia y que ahora ha vuelto a latir y a florecer. Por esto está rodeado de flores y naranjas y celebra la vuelta a las fallas normales.
Curioso es el título que Marina ha querido dar al monumento grande porque hace referencia a una anomalía del corazón que se queda parado y luego vuelve a coger latido sin tener ninguna arritmia. Todo el corazón de la falla está realizado con vareta de madera y se fusiona con la ilustración y el color de los ninots de la artista, creando un contraste muy curioso.

Las fallas del Ayuntamiento, son las fallas de todos los valencianos y seguramente tienen mucha relevancia entre el público general, pero la colaboración entre las fiestas y el arte urbano va mucho más atrás que el año 2018, ya que junto a la Falla MossenSorell-Corona, Escif creó el monumento de 2015 con el lema “Todo lo que sobra”, creando réplicas perfectas de todos aquellos elementos que suelen “sobrar” en el entorno habitual de una falla. El mismo artista comentó que el objetivo era “hacer una falla con todo lo que no es una falla pero que irremediablemente forma parte de la transformación del paisaje urbano durante este acontecimiento”. Seguramente aquel año la creación del monumento fue algo rompedor y hecho con la intención de reinventar también algunas de las propuestas falleras, algo que ha sido de inspiración para contar con más artistas urbanos en el mundo fallero.

MENCIONES ESPECIALES FALLAS 2023:

Además de Marina Puche, no podemos olvidarnos de mencionar a otras fallas que han sido creadas de mano de artistas callejeros:

Las de David de Limón de la Falla Plaza del Ángel y de la Falla Sant Miquel, que veía a los personajes principales de los dos monumentos, interactuar entre ellos y confrontarse sobre la nueva realidad de convivencia fallera ante los cambios que ha vivido el barrio en la última década, reflejando las inquietudes de los vecinos y haciendo que, aunque separado por unas calles, los dos monumentos expresasen un mensaje muy claro de entender.

David, ha colaborado junto a la Nena Wapa Wapa, Jose Carcavilla, Sonic Armada, Freskales y Disneylexya en la Falla Politecnic; todo junto de la mano de Marisa Falco de Fetdencarrec.

También Galleta Maria ha participado, junto a Estudio Chuky en el monumento de la Falla García Lorca Oltá, para destacar y dar visibilidad al cáncer de mama desde la vivencia de Cristina, para concienciarnos sobre lo que supone vivir la enfermedad y especialmente sobre lo que supone volver a adaptarse a la vida anterior que se llevaba a cabo.

Y cómo no olvidar a la renovada colaboración entre la Falla Corona-Mosen Sorell con Escif. Con la falla “Mai se sap”, un enorme gato negro está a punto de cruzar la Avenida Guillem de Castro. En la antigüedad, cuando un gato negro atravesaba el camino de las personas, significaba que algo malo iba a pasar y que traía mala suerte y en muchos casos, hoy en día, hay personas que siguen siendo muy supersticiosas sobre este tema. Pero en este caso, encontrarse con este gato tan magnífico, puede significar cualquier cosa porque nunca se sabe si es buena suerte o mala suerte, y el artista nos lleva a reflexionar sobre este concepto.

Escif no realizó solo la falla en la calle Corona, sino que colaboró junto a la Falla Tio Pep (Plaza de la Reina) para homenajear el pintor Joaquín Sorolla, ya que este año se celebra el centenario desde su fallecimiento. Con la creación de un enorme busto del artista, la falla se transforma en un verdadero mirador desde donde las personas pueden asomarse y mirar a través de los ojos-ventanas del pintor. Impresionante fue la cremá del monumento, ya que la explosión fue tan fuerte que voló parte de la cabeza de Sorolla.

PRIMER PREMIO FALLAS EXPERIMENTALES:

Las fallas especiales son las más monumentales, pero las fallas experimentales intentan dar la vuelta a la tradición y crear algo nuevo y sorprendente. Este año el primer premio como mejor falla experimental lo ha ganado la Falla de la Plaza del Árbol.
Su monumento no es otra cosa que un contenedor de obras hecho de madera (tan realista que ha sido complicado diferenciarlo de un contenedor de escombros de verdad y en algunos casos ha pasado desapercibido). El monumento, pegado a la fachada de un edificio pendiente de rehabilitar desde hace muchos años, ilustra la problemática de las viviendas en el barrio del Carmen, y especialmente a las consecuencias de la gentrificación. Destacan los graffitis pintados en el contenedor con frases de denuncia y critica como “emos sido engañado” y “derribos Carmen”.

CURIOSIDAD:
El origen de la Fallas

Las fallas tienen una historia que se remonta a muchos siglos atrás. Inicialmente no existían los grandes monumentos que se realizan hoy en día.
En el siglo XV las fallas no eran otra cosa que hogueras donde los carpinteros quemaban las herramientas deterioradas, y especialmente una que se llamaba “parot” y servía para sostener el candil que daba luz al taller. Estas hogueras se realizaban las noches del 18 al 19 de marzo, para celebrar San José, santo patrón de los carpinteros.
Con el pasar de los años, los monumentos evolucionaron, y poco a poco se transformaron en figuras (también satíricas) que representaban las inquietudes actuales de la sociedad.
Lo que no se perdió nunca fue el uso del fuego para dejar atrás dichas inquietudes y quemar todo lo malo.